Un pequeño recordatorio a lo efímero de la belleza
«Bubble of Beauty» juega con el lenguaje del retrato clásico, explorando sutilmente nuestra obsesión por la belleza, el decoro y el deseo.
En este autorretrato, la figura —encorsetada y de espaldas— encarna una elegancia construida: contorneada, controlada y constantemente observada. A sus pies, una pompa de jabón y hojas caídas evocan la fragilidad de la belleza idealizada, efímera por diseño. Esa burbuja, preciosa y delicada, es en verdad un cascarón hueco: una metáfora silenciosa del espectáculo impuesto sobre el cuerpo femenino.
La imagen entrelaza deseo, ironía y rebelión silenciosa, cuestionando lo que se nos permite ver, desear o preservar.
Al entrar en el encuadre como sujeto y autora, el cuerpo resiste la cosificación, afirmando su presencia no para complacer, sino para definirse en sus propios términos.