Esta serie explora el poder del renacimiento en su forma más introspectiva, abrazando el cambio como un acto silencioso y profundo. A través de la figura humana, se evoca la fuerza interior que impulsa el proceso de transformación, un florecimiento que, aunque discreto, es radical en su capacidad de regeneración. En este espacio de quietud, el crecimiento emerge desde lo más interno, revelando una belleza sutil pero poderosa que no necesita ser anunciada para ser significativa.
Este trabajo también pone de relieve la energía femenina, vinculando la renovación con el poder inherente de las mujeres para adaptarse, resistir y renacer.
La fuerza silenciosa, representada por el simbolismo de las mimosas, remite al constante resurgir de la naturaleza y a la capacidad de las mujeres para florecer en su propia manera, abrazando su vulnerabilidad y su resiliencia al mismo tiempo.
La energía femenina, a menudo subestimada en su quietud, es una fuerza vital y transformadora.
A través de esta obra, invito a una reflexión sobre cómo los procesos de cambio no siempre son visibles o ruidosos, pero son fundamentales para el crecimiento personal y colectivo. La transformación está presente incluso en los momentos más serenos, donde la renovación ocurre a nivel profundo, con un poder renovador que no pide permiso, solo se manifiesta.
